Entre Ríos | Argentina - 23.11.2024
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Capítulo I "La Citricultura en el Departamento Concordia" (4º página)

Por María de los Ángeles Buceta

Las lluvias provocaron la crecida del Río Uruguay que alcanzó la altura máxima que se haya registrado. El saldo del fenómeno natural derivó en un menoscabo de las cosechas y en la pérdida de miles de plantas. (43)
Los inconvenientes no significaron una imposibilidad para los productores, ni hicieron decaer su ánimo. Con invención metodológica, incorporación de adelantos técnicos y espíritu empresarial, fueron superando las circunstancias hostiles, hasta convertir la zona en uno de los centros productores más importantes del país.
El año 1960 dio inicio a un tiempo de recuperación, surgimiento de fábricas y familias con claras intenciones de dedicarse a la actividad. Conjuntamente la ciudad seria nombrada sede de la Fiesta Nacional de la Citricultura.
La familia Malvasio se incorpora al sector en esta época. Para no confundirlos con sus parientes que patentaron la mutación genética antes mencionada, el Señor Roberto aclara que el proceso se manifestó en la quinta de su tío Luis.
Roberto Malvasio relató que su familia comenzó en la actividad en el '60. Su padre y cuatro hermanos integraban una sociedad dedicada a la horticultura., pero al advertir los buenos márgenes que proporcionaba el citrus cambiaron de cultivo. Recuerda que para entonces la actividad era favorablemente rentable:
"Era espectacular, la plata se juntaba con pala… había gente que surgía de la nada y hacia plata". (44)

Ellos se pusieron en marcha rápidamente y organizaron el emprendimiento. Uno de los hermanos se trasladó a Buenos Aires para insertar la fruta en el mercado de Abasto. Distingue que la venta se hacía de un modo bastante particular:
"La producción se vendía y se compraba antes que esté la fruta en la planta. Por ejemplo en septiembre se vendía la fruta para el año próximo, pero se compraba el monte sin ver la fruta. Llegada la fecha se mandaba la cosecha al comprador". (45)
Sus principales producciones eran de mandarina común y campeona. Con el tiempo el consorcio construyó su propio galpón y llegaron a tener más de 50 hectáreas plantadas con citrus, lo que demuestra que la actividad propiciaba el desarrollo económico. La sociedad continuó funcionando como tal durante 30 años.
El escenario que se distinguía alrededor de la citricultura era muy convencional y despertaba grandes intereses dentro del sector. Un ejemplo de esto es la creación de la fábrica Ayuí en 1962. La industria se abocó a la producción de citrus de altísima calidad y características que satisfacían a los consumidores más exigentes. Se dedicó a proveer al mercado interno y externo convirtiéndose en un centro industrial y una gran fuente de trabajo para los ciudadanos de la zona. (46)

Al comenzar 1963, Concordia se estaba engalanando para celebrar la "Primera Fiesta Nacional de la Citricultura". Los deseos de la Asociación de Citricultores de Concordia, junto al unánime apoyo de la Sociedad de Empacadores de Fruta Cítrica de Entre Ríos, se resumieron luego del permiso requerido a la Comisión Nacional de Citricultura. Las intenciones del sector se vieron concretadas por medio del Decreto Nº 7128 que estableció la ejecución de la "Fiesta Nacional del Citrus", cuya sede seria la ciudad de Concordia, celebrándose una vez al año y de forma permanente. Consecutivamente, en la "VI Reunión Plenaria" perpetrada en la Capital del país, los días 12 y 14 de octubre de 1965, se afirmó la disposición anterior y se expresaron los motivos que fundamentaban la celebración. Esto no hizo otra cosa más que aseverar que Concordia fue elegida por la excelente y cuantiosa producción cítrica, además del interés del sector que venía trabajando asiduamente y obtuvo la recompensa.(47) (Ver Decreto Nº 7I28 - Pág. 30).

(43) REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena. "La Vitivinicultura en Concordia desde 1910 hasta su finalización, y el comienzo de la citricultura". Depto. Historia y Latín. N° 89. Instituto Profesorado Concordia. Cdia. 1982. Capítulo VI. Pág. 43.
(44) Op. Cit. Entrevista al Sr. Roberto Malvasio.
(45) Ibídem.
(46) www.ayui.com.ar
(47) Artículo de Revista: "La Fiesta de la Citricultura". S/D.

La fecha propuesta para su realización fue el día 1° de septiembre de 1963, día del Aniversario de la colocación de la piedra fundamental en la fabrica "Las Tejas". Las Fiesta fue bien recibida por la comunidad; la elección de reinas que representaban a las distintas provincias argentinas y la realización de promovidas reuniones fomentó la vinculación entre los agricultores y la sociedad. (48)
El evento le otorgó a Concordia la jerarquía necesaria para continuar intensificando la producción, aún frente a las duras épocas que se avecinaban.
El año 1964 es recordado por una perdurable sequía que causó un serio golpe a la citricultura, alterando su desarrollo y provocando elevadas mermas en las cosechas. Pero el sector soportó el asedio de la naturaleza y, en el mes de noviembre se llevó a cabo la "II Fiesta Nacional de la Citricultura" en la que se exhibió el fruto de medio siglo de trabajo en lo que atañe a producción, comercialización e industria. (49)
Los relatos dan fe de los sucesos ocurridos en 1965, haciendo hincapié en que se originaron un año antes. El señor Colugnatti hizo referencia a la sequía de 1964 que se inició en abril y finalizó en junio del siguiente año. Luego sobrevinieron las lluvias y por último cayeron intensas heladas de 12º bajo cero. Los resultados fueron devastadores:
"La fruta se caía de árbol, se la levantaba para llevarla a fábrica Pindapoy o a la Corporación Entrerriana de Citrus". (50)

El señor Próspero Bovino también recordó el hecho y comentó:
"Se caían las hojas y las frutas de las plantas, hubo quintas de las que no se sacó un solo cajón". (51)

Los registros traducen la drástica situación. Concordia se alarmó ante la dimensión del desastre, tras el recuerdo de una sequía sin precedentes, la cosecha de miles de cajones cayó quemada, abatida por la helada.
Cientos de cultivos de replantación y de nuevas áreas sembradas, de valores incalculables, se secaron por completo en una noche de pesadilla para los productores. La catástrofe también afectó a miles de plantas adultas en la plenitud de su capacidad productiva, que ofrecían el escenario desolador de sus ramas quemadas y desnudas de hojas y frutas. Todo un proceso comercial e industrial se vio frustrado en un 80% y las producciones de 1966 y 1967 quedaron seriamente afectadas. Consecuentemente el sector tuvo que trabajar arduamente para erguirse una vez más, pero eran concientes que por la magnitud de los daños, sería particularmente difícil. La situación exigió para la recuperación de las plantas una serie de cuidados especiales e intensivos, que iban desde las podas de todo lo quemado, la fertilización adecuada y abundante, y la pulverización para controlar las plagas y enfermedades, entre otros cuidados. (52)

Factores climáticos similares, de menor intensidad, se registraron en los últimos años de la década, golpeando nuevamente a la actividad y marcando una declinación productiva que se recuperaría a partir de 1970. (53)
Los relatos que hacen referencia indican que los cambios más notorios ocurrieron en el área técnica de la actividad, especialmente debido a la introducción de nuevas tecnologías. Sin embargo no todo fue positivo. En estos años aparecieron nuevas y dañinas enfermedades de la fruta.
El informe AIANER especifica que fueron las grandes empresas locales las que introdujeron especialistas y maquinarias para mejorar y agilizar la producción, siendo el año 1971 un hito en la exportación de fruta e industria cítrica, como los jugos Pindapoy. Fueron varios los factores que se presentaron y que juntos crearon el momento oportuno para el rápido ascenso del sector. Entre ellos se destacan una coincidencia de importantes daños en la producción de citrus en la zona del Mediterráneo, debido a fuertes heladas; acertadas medidas del gobierno nacional relacionadas a pre-financiación y reintegros en la exportación de jugos, que se sumaron al incremento de la demanda del fruto por parte del mercado internacional. Todos estos elementos constituyeron el clima necesario para el crecimiento en la exportación pudiéndose lograr los primeros envíos de fruta fresca a Europa. Posteriormente se amplía la diversificación varietal, surgiendo variedades más tempranas y más tardías que llegaron a cubrir con producción la mayor parte del año otorgando un afianzamiento del mercado regional. (54)
En relación a lo antes dicho, el señor. Colugnatti plantea que los avances que se produjeron hacia el ´70,y que beneficiaron a los pequeños productores, se relacionan con la utilización de herbicidas, reemplazando a una pasta emulsionada con cobre usada desde antaño. (55)
A pesar de las consecuencias vividas por los daños ocasionados en la década del '60, el nuevo decenio brindaba prósperas oportunidades para la citricultura.
Quintas como las de las familias Malvasio, Lemesoff y Maya entre otras sumaron nuevas hectáreas a sus fincas.

 

(48) Op. cit. REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena. 1982.
(49) Op. Cit. REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena. 1982.
(50) Op. Cit. Entrevista al Sr. Felipe Colugnatti.
(51) Op. Cit. Entrevista al Sr. Próspero Bovino.
(52) Op. cit. REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena. 1982.
(53) Op. Cit. Informe AIANER. 2000.
(54) Ibídem.
(55) Op. Cit. Entrevista al Sr. Felipe Colugnatti.

 
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