Por María de los Ángeles Buceta
Las lluvias provocaron la crecida del Río
Uruguay que alcanzó la altura máxima que se haya registrado.
El saldo del fenómeno natural derivó en un menoscabo de
las cosechas y en la pérdida de miles de plantas. (43)
Los inconvenientes no significaron una imposibilidad para los productores,
ni hicieron decaer su ánimo. Con invención metodológica,
incorporación de adelantos técnicos y espíritu empresarial,
fueron superando las circunstancias hostiles, hasta convertir la zona
en uno de los centros productores más importantes del país.
El año 1960 dio inicio a un tiempo de recuperación, surgimiento
de fábricas y familias con claras intenciones de dedicarse a la
actividad. Conjuntamente la ciudad seria nombrada sede de la Fiesta Nacional
de la Citricultura.
La familia Malvasio se incorpora al sector en esta época. Para
no confundirlos con sus parientes que patentaron la mutación genética
antes mencionada, el Señor Roberto aclara que el proceso se manifestó
en la quinta de su tío Luis.
Roberto Malvasio relató que su familia comenzó en la actividad
en el '60. Su padre y cuatro hermanos integraban una sociedad dedicada
a la horticultura., pero al advertir los buenos márgenes que proporcionaba
el citrus cambiaron de cultivo. Recuerda que para entonces la actividad
era favorablemente rentable:
"Era espectacular, la plata se juntaba con pala
había
gente que surgía de la nada y hacia plata". (44)
Ellos se pusieron en marcha rápidamente y
organizaron el emprendimiento. Uno de los hermanos se trasladó
a Buenos Aires para insertar la fruta en el mercado de Abasto. Distingue
que la venta se hacía de un modo bastante particular:
"La producción se vendía y se compraba antes que esté
la fruta en la planta. Por ejemplo en septiembre se vendía la fruta
para el año próximo, pero se compraba el monte sin ver la
fruta. Llegada la fecha se mandaba la cosecha al comprador". (45)
Sus principales producciones eran de mandarina común y campeona.
Con el tiempo el consorcio construyó su propio galpón y
llegaron a tener más de 50 hectáreas plantadas con citrus,
lo que demuestra que la actividad propiciaba el desarrollo económico.
La sociedad continuó funcionando como tal durante 30 años.
El escenario que se distinguía alrededor de la citricultura era
muy convencional y despertaba grandes intereses dentro del sector. Un
ejemplo de esto es la creación de la fábrica Ayuí
en 1962. La industria se abocó a la producción de citrus
de altísima calidad y características que satisfacían
a los consumidores más exigentes. Se dedicó a proveer al
mercado interno y externo convirtiéndose en un centro industrial
y una gran fuente de trabajo para los ciudadanos de la zona. (46)
Al comenzar 1963, Concordia se estaba engalanando para celebrar la "Primera
Fiesta Nacional de la Citricultura". Los deseos de la Asociación
de Citricultores de Concordia, junto al unánime apoyo de la Sociedad
de Empacadores de Fruta Cítrica de Entre Ríos, se resumieron
luego del permiso requerido a la Comisión Nacional de Citricultura.
Las intenciones del sector se vieron concretadas por medio del Decreto
Nº 7128 que estableció la ejecución de la "Fiesta
Nacional del Citrus", cuya sede seria la ciudad de Concordia, celebrándose
una vez al año y de forma permanente. Consecutivamente, en la "VI
Reunión Plenaria" perpetrada en la Capital del país,
los días 12 y 14 de octubre de 1965, se afirmó la disposición
anterior y se expresaron los motivos que fundamentaban la celebración.
Esto no hizo otra cosa más que aseverar que Concordia fue elegida
por la excelente y cuantiosa producción cítrica, además
del interés del sector que venía trabajando asiduamente
y obtuvo la recompensa.(47) (Ver Decreto Nº 7I28 - Pág. 30).
(43) REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA,
María Elena. "La Vitivinicultura en Concordia desde 1910 hasta
su finalización, y el comienzo de la citricultura". Depto.
Historia y Latín. N° 89. Instituto Profesorado Concordia. Cdia.
1982. Capítulo VI. Pág. 43.
(44) Op. Cit. Entrevista al Sr. Roberto Malvasio.
(45) Ibídem.
(46) www.ayui.com.ar
(47) Artículo de Revista: "La Fiesta de la Citricultura".
S/D.
La fecha propuesta para su realización
fue el día 1° de septiembre de 1963, día del Aniversario
de la colocación de la piedra fundamental en la fabrica "Las
Tejas". Las Fiesta fue bien recibida por la comunidad; la elección
de reinas que representaban a las distintas provincias argentinas y la
realización de promovidas reuniones fomentó la vinculación
entre los agricultores y la sociedad. (48)
El evento le otorgó a Concordia la jerarquía necesaria para
continuar intensificando la producción, aún frente a las
duras épocas que se avecinaban.
El año 1964 es recordado por una perdurable sequía que causó
un serio golpe a la citricultura, alterando su desarrollo y provocando
elevadas mermas en las cosechas. Pero el sector soportó el asedio
de la naturaleza y, en el mes de noviembre se llevó a cabo la "II
Fiesta Nacional de la Citricultura" en la que se exhibió el
fruto de medio siglo de trabajo en lo que atañe a producción,
comercialización e industria. (49)
Los relatos dan fe de los sucesos ocurridos en 1965, haciendo hincapié
en que se originaron un año antes. El señor Colugnatti hizo
referencia a la sequía de 1964 que se inició en abril y
finalizó en junio del siguiente año. Luego sobrevinieron
las lluvias y por último cayeron intensas heladas de 12º bajo
cero. Los resultados fueron devastadores:
"La fruta se caía de árbol, se la levantaba para llevarla
a fábrica Pindapoy o a la Corporación Entrerriana de Citrus".
(50)
El señor Próspero Bovino también
recordó el hecho y comentó:
"Se caían las hojas y las frutas de las plantas, hubo quintas
de las que no se sacó un solo cajón". (51)
Los registros traducen la drástica situación.
Concordia se alarmó ante la dimensión del desastre, tras
el recuerdo de una sequía sin precedentes, la cosecha de miles
de cajones cayó quemada, abatida por la helada.
Cientos de cultivos de replantación y de nuevas áreas sembradas,
de valores incalculables, se secaron por completo en una noche de pesadilla
para los productores. La catástrofe también afectó
a miles de plantas adultas en la plenitud de su capacidad productiva,
que ofrecían el escenario desolador de sus ramas quemadas y desnudas
de hojas y frutas. Todo un proceso comercial e industrial se vio frustrado
en un 80% y las producciones de 1966 y 1967 quedaron seriamente afectadas.
Consecuentemente el sector tuvo que trabajar arduamente para erguirse
una vez más, pero eran concientes que por la magnitud de los daños,
sería particularmente difícil. La situación exigió
para la recuperación de las plantas una serie de cuidados especiales
e intensivos, que iban desde las podas de todo lo quemado, la fertilización
adecuada y abundante, y la pulverización para controlar las plagas
y enfermedades, entre otros cuidados. (52)
Factores climáticos similares, de menor intensidad,
se registraron en los últimos años de la década,
golpeando nuevamente a la actividad y marcando una declinación
productiva que se recuperaría a partir de 1970. (53)
Los relatos que hacen referencia indican que los cambios más notorios
ocurrieron en el área técnica de la actividad, especialmente
debido a la introducción de nuevas tecnologías. Sin embargo
no todo fue positivo. En estos años aparecieron nuevas y dañinas
enfermedades de la fruta.
El informe AIANER especifica que fueron las grandes empresas locales las
que introdujeron especialistas y maquinarias para mejorar y agilizar la
producción, siendo el año 1971 un hito en la exportación
de fruta e industria cítrica, como los jugos Pindapoy. Fueron varios
los factores que se presentaron y que juntos crearon el momento oportuno
para el rápido ascenso del sector. Entre ellos se destacan una
coincidencia de importantes daños en la producción de citrus
en la zona del Mediterráneo, debido a fuertes heladas; acertadas
medidas del gobierno nacional relacionadas a pre-financiación y
reintegros en la exportación de jugos, que se sumaron al incremento
de la demanda del fruto por parte del mercado internacional. Todos estos
elementos constituyeron el clima necesario para el crecimiento en la exportación
pudiéndose lograr los primeros envíos de fruta fresca a
Europa. Posteriormente se amplía la diversificación varietal,
surgiendo variedades más tempranas y más tardías
que llegaron a cubrir con producción la mayor parte del año
otorgando un afianzamiento del mercado regional. (54)
En relación a lo antes dicho, el señor. Colugnatti plantea
que los avances que se produjeron hacia el ´70,y que beneficiaron
a los pequeños productores, se relacionan con la utilización
de herbicidas, reemplazando a una pasta emulsionada con cobre usada desde
antaño. (55)
A pesar de las consecuencias vividas por los daños ocasionados
en la década del '60, el nuevo decenio brindaba prósperas
oportunidades para la citricultura.
Quintas como las de las familias Malvasio, Lemesoff y Maya entre otras
sumaron nuevas hectáreas a sus fincas.
(48) Op. cit. REISSENWEBER, Rosa María.
OSUNA, María Elena. 1982.
(49) Op. Cit. REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena.
1982.
(50) Op. Cit. Entrevista al Sr. Felipe Colugnatti.
(51) Op. Cit. Entrevista al Sr. Próspero Bovino.
(52) Op. cit. REISSENWEBER, Rosa María. OSUNA, María Elena.
1982.
(53) Op. Cit. Informe AIANER. 2000.
(54) Ibídem.
(55) Op. Cit. Entrevista al Sr. Felipe Colugnatti.
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