Entre Ríos | Argentina - 23.11.2024
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Capítulo I "La Citricultura en el Departamento Concordia"

Por María de los Ángeles Buceta


(1) Foto: Quinta de la familia Maya.

Desarrollo de la Citricultura en el Departamento Concordia

San Antonio de Padua de la Concordia fue oficialmente fundada el 29 de noviembre de 1832, en un sector estratégico del bajo Río Uruguay, creándose un puerto y lugar de transito en la ruta Misiones - Río de la Plata.

El tiempo transcurrido desde aquel histórico momento no pasó en vano y el rápido crecimiento de su urbe le valió el reconocimiento de ciudad cabecera de un extenso territorio que, a partir de 1849 conformó el primer Departamento de Concordia.(2)
Hacia fines del siglo XIX se distinguía un intenso incremento comercial e industrial, que la convertía en la cabecera del Departamento superando en número de habitantes a otras ciudades de la región. En 1893, Concordia contaba con 214 establecimientos industriales y 542 casas de comercio.

El progreso material de la ciudad generó el desarrollo agro-ganadero en el que se destacó la producción de viñedos y ganado. (3)
Hacia los últimos años del siglo XIX, llegó a esta pujante ciudad Don Augusto Niez, quien será considerado el primer gran citricultor de la zona.
El Señor Niez era inmigrante francés de oficio picapedrero que se trasladó a nuestras tierras en 1875 aproximadamente, con un bagaje de conocimientos artesanales y deseos de trabajar en este país; así lo presentó su nieto el Señor Enrique Niez en la entrevista que nos ofreció.

El señor Niez nos relató que su abuelo compró en esta localidad un total de siete manzanas ubicadas entra las calles San Lorenzo y Damián P. Garat y San Juan, y hacia el Norte por la calle Néstor Ramón Garat, lo que serian las inmediaciones de la actual Terminal de Ómnibus. Allí comenzó con una plantación de viñedos entre otros frutos y con el tiempo se dedicó exclusivamente al citrus. (4) (Ver plano Página 15).


Plano de la quinta del Sr. Augusto Niez

Aporta que en esta zona ya era conocida la naranja criolla, traída por los jesuitas, y que había grandes quintas como la de la familia Pereda, pero que su abuelo introdujo el cultivo de mandarina. (5)

En el libro "Historia del Trabajo" de Entre Ríos, cuyo Capítulo numero dos está dedicado al trabajo citrícola en Concordia se pueden encontrar antecedentes de la actividad y de las primeras familias de citricultores, entre ellas el inicio del Señor Niez.
Se comenta que el señor Augusto Niez añadió a su quinta el cultivo de mandarina a raíz de una casualidad:

Ocurrió que un hotelero de la ciudad, amigo del Señor Niez, le regaló un cajón con un almácigo de plantines olvidado por un pasajero que viajaba a Brasil. De esta manera comenzó el cultivo de mandarinas y desde entonces vivía para sus arbolitos. (6)

La quinta recibió el nombre de "Les Mandarines" y la producción que se extraía de allí, a pesar de no ser copiosa, era vendida en el mercado de Abasto en Buenos Aires.


El Mercado de Abasto se fundó en 1889, y su nuevo edificio, que se ve en la foto, se inauguró el 24 de mayo de 1934. (Fuente: Fascículos de Historia Argentina de La Nación, 1998).

En relación a las técnicas de trabajo que se utilizaban en los rudimentos de la actividad, Enrique Niez reconoce que su abuelo "hacía todo de forma manual", como era de esperarse en un país donde aún no existía la industria pesada. Relata que el arado se hacía con animales de tiro y las heces eran usadas como abono para la tierra, porque no poseían fertilizantes químicos. También la roturación de la tierra era diferente y el riego era manual. (7)

Augusto Niez continuó trabajando en la quinta hasta su fallecimiento en 1900, quedando como heredero de la quinta su hijo Armando, quien se encargó de intensificar la producción citrícola. Uno de los motivos por los cuales tomó esta decisión fue porque en 1934 el Gobierno Nacional estaba interviniendo para que se extirpen los viñedos de la zona. Fue así como la quinta "Les Mandarines" se dedicó exclusivamente al citrus hasta su desaparición.

Muchos agentes influyeron en el cese de la estancia como industria familiar. Los más significantes a los que aludió el Señor Niez son dos: la reducida extensión de la quinta no permitía el cultivo de mayor cantidad de plantas y el rédito económico que se lograba no era suficiente; subsiguientemente influyó el trazo del Boulevard San Lorenzo que atravesó la quinta y la dividió en dos, entorpeciendo el cuidado de la misma y haciéndose mas frecuentes los hurtos. Con los años fue vendida por los distintos sucesores. (8)
Por su labor, la Municipalidad de Concordia y la Junta Provincial de la Citricultura honraron al Señor Niez con el nómino de "Pionero de la citricultura" y el 3 de diciembre se 1970 se colocó una placa de bronce alusiva, en el edificio situado en la calle San Juan y Augusto Niez, esta ultima recibió el nombre porque traspasa por su eje este-oeste lo que fue la quinta "Les Mandarines". (9)

Actualmente la familia Niez no se dedica al cultivo; el Señor Enrique y sus hermanos se dedicaron a actividades diferentes cuando murió su padre, pero reconoce y recuerda a su abuelo como el gran iniciador del cultivo de mandarina en Concordia.
Hay registros que durante las dos primeras décadas del siglo XX, Concordia no gozaba de una intensa producción cítrica sino que su progreso se inclinaba hacia la vitivinicultura a tal punto que la Secretaria de Agricultura de la Nación funda, en 1912, la Estación Experimental de Vitivinicultura y Horticultura del Litoral. (10)

La mayoría de las entrevistas coinciden en no poder especificar un periodo y, menos aún, una fecha exacta para ubicar a la citricultura como la "nueva actividad en la zona". Destacan el crecimiento paulatino que comenzó en las quintas familiares donde no solo había citrus, demás se plantaban vid, frutas varias y, en ocasiones, se criaban animales de corral para el consumo de la familia y la comercialización.

De uno de estos ejemplos forma parte la familia Ferrari. En la entrevista realizada a la Señora Higinia Ferrari expreso que su papá, Francisco Ferrari, compró en 1925 unas 25 hectáreas en las cercanías a Osvaldo Magnasco, un pueblo ubicado a 20 Km. de la ciudad de Concordia. Su padre era un auténtico agricultor, él no solo plantaba sino que hacia los injertos y vendía los plantines. Ella y sus nueve hermanos trabajaban todo los días dedicados a la cría y cuidados de animales de corral y al cultivo de frutas y hortalizas. Su familia se autoabastecía en casi todas las necesidades básicas. (11)

(2) PEZZARINI, Heriberto Maria. El Proceso fundacional de Concordia. Cuadernos de estudios regionales Nª 1. Instituto regional de investigaciones científico-culturales. Entre Ríos. 1981. Pág. 5.
(3) CASTELL, Juan Miguel. "Pueblos, estaciones y apeaderos del Ramal Ferroviario Concordia-Federa"l. En XIV Encuentro de Geo-historia regional del nordeste. Entre Ríos. 1984.
(4) Data: Entrevista al Sr. Enrique NIEZ. Concordia. 13 de septiembre de 2005.
(5) Op. Cit. Entrevista al Sr. Enrique Niez..
(6) MARTINEZ VELÁZQUEZ, Máximo y HORISBERGER, Víctor Fidel. Historia del Trabajo en Entre Ríos. Tomo II Departamento Concordia. E. R. Graf. 1943.
(7) Op. Cit. Entrevista al Sr. Enrique Niez.
(8) Op. Cit. Entrevista al Sr. Enrique Niez.
(9) Ibídem.
(10) Informe AIANER. Entre Ríos. 2000.
(11) Data: Entrevista a la Sra. Higinia Ferrari. Concordia, 6 de Septiembre de 2005.

 

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