Todo lo que respecta al marco regulatorio para el uso de drones en el campo está aún en “veremos”. Para una tecnología no tan nueva, que haya tantos grises en cuanto a su implementación y operatoria en el trabajo agrario no hace más que generar desorden y retrasar un proceso que, en la práctica, hace mucho tiempo está en marcha.
Ese abismo que hay entre la norma y lo que sucede campo adentro ya fue advertido por varias entidades del sector. Un informe difundido días atrás por Aapresid señaló los pros y contras de pulverizar con drones y pidió poner el foco en las reglamentaciones para emplearlos en la aplicación de fitosanitarios. Pero, a la vez, la última reglamentación que publicó el viernes pasado la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) recién habilita de manera formal a esas naves a ejercer trabajos.
Parece que hablamos de procesos distintos, pero no. Hace menos de una semana, la autoridad aeronáutica autorizó a los drones como herramienta laboral. En la práctica, esa tecnología ya se usa hace tiempo, al menos para tomar imágenes aéreas. En el gris de toda esa maraña regulatoria se cuelan los proyectos de las provincias, que demuestran interés por darle cobertura estatal a las naves no tripuladas y avanzan con sus propias legislaciones.
Desde el pasado 12 de enero, en Entre Ríos, está vigente la Ley 11.178, que aborda las “buenas prácticas en materia de fitosanitarios”. La misma, obliga a la autoridad de aplicación a crear numerosos registros, entre los que está el de vehículos aéreos no tripulados aplicadores de fitosanitarios. Bichos de Campo consultó a la directora de Agricultura de la provincia, Carina Gallegos, al respecto.
“En Entre Ríos hay un interés altísimo en utilizar drones en aplicaciones de fitosanitarios. Por eso nos urge contar con la reglamentación”, explicó la funcionaria. Lo que sucede es que su proyecto de avanzar con un registro propio se contradice con la normativa vigente a nivel nacional, en la que todavía no se permite a las naves no tripuladas realizar ese tipo de tareas.
Ya se ha probado que, como aplicadores, los drones tienen tanto puntos a favor como en contra. La cuestión es que aún no hay agroquímicos, sean herbicidas, fungicidas o insecticidas, que en sus etiquetas o marbetes indiquen que pueden pulverizarse con naves no tripuladas. Eso es porque, desde que inició el proceso de prueba a fines del año pasado, el Senasa no habilitó ninguno. La autoridad aérea ya hizo su parte, pero falta que se habiliten los productos a usar.
La iniciativa de Entre Ríos, entonces, está cercada por esa cuestión regulatoria: Hasta que no haya fitosanitarios aprobados por Senasa para aplicar con drones, no pueden avanzar. Sin embargo, con la ley 11.178 promulgada en enero, y la creación de su propio registro, lo que hacen es ganar tiempo hasta que haya luz verde a nivel nacional.
“Para gestionar la habilitación anual los interesados deberán cumplir con los requisitos establecidos por ANAC para la realización de trabajo aéreo agrícola y además contar con la dirección técnica de un ingeniero agrónomo, con operarios fitosanitarios habilitados y asistir a las instancias de capacitación, entre otros requisitos”, adelantó la directora de Agricultura provincial.
Lo que está en plena discusión a nivel nacional es lo que respecta a las buenas prácticas agrícolas. Por su tamaño y forma de operar, se destaca la versatilidad y precisión de las aplicaciones con drones, y hasta se cree que, a raíz de eso, podría tener menor impacto ambiental. Sin embargo, tal como fue advertido por la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM), al utilizar mezclas más puras y contar con un patrón de aplicación poco preciso, con mayor riesgo de deriva y corte, todavía no está claro cuál es su eficacia y el efecto sobre las personas y los cultivos.
“Hay mucho por reglamentarse aún”, afirmó Gallegos. De hecho, el próximo 22 de abril se concretará la primera reunión informativa para iniciar el estudio de la séptima parte de la norma “IRAM 14130-7”, aquella dedicada a las “aplicaciones aéreas con vehículos no tripulados”.
Por su parte, la funcionaria aseguró que en Entre Ríos se están llevando adelante capacitaciones y estudios técnicos para evaluar su uso. “Hay mucho interés en este nuevo medio de aplicación y conocerlo en profundidad es muy necesario”, destacó.