Argentina y Entre Ríos en la década
del '30
Cualquier análisis de la economía iniciada en 1930 se sitúa
primero en la crisis económica internacional desatada en 1929.
Esta crisis constituye el comienzo de un período denominado "La
Gran Depresión", que duró hasta ya iniciada la década
del 40´. Fue la crisis más profunda que padeció el
capitalismo en su historia.
La Gran Depresión se identificó por su carácter a
nivel mundial, su larga duración e intensidad; la total contracción
del comercio mundial y la caída radical del empleo, que afectó
con diferente intensidad a todos los países del mundo.
Las medidas proteccionistas se agudizaron progresivamente y cada país
dirigió su propio camino para mejorar la situación.(1)
El cambio radical fue que:
"
el capitalismo liberal daba paso a un capitalismo marcadamente
nacionalista e intervencionista
". (2)
La economía mundial se encontraba dividida entre países:
productores de bienes de consumo y países productores de bienes
primarios. Las políticas económicas implantadas, a partir
de la intervención estatal, procuraron reducir las importaciones
y los países abastecedores de productos agrícolas, como
Canadá y Argentina, entre otros, resultaron gravemente afectados
por el descenso de la demanda. (3)
La situación en la Argentina, se fue desarrollando influida por
el contexto económico mundial y por sus propios conflictos políticos
y sociales.
El 6 de Septiembre de 1930, el General José Uriburu precipitó
el derrocamiento de Irigoyen, quebrando así la continuidad democrática
iniciada en 1912 con la ley Sáenz Peña. (4)
El General José Uriburu, presidente provisional de la Nación,
impulsó un proyecto cooperativista y antiliberal. Pero la clase
política reaccionó en contra de la Dictadura y se convocaron
nuevas decisiones realizadas en Noviembre de 1931. El escrutinio dejó
como nuevo presidente electo a Agustín P. Justo, miembro del partido
de la concordancia, denominado así porque en él se juntaban
los conservadores, los radicales antipersonalistas y los socialistas independientes.
De esta forma el país volvió a ser una República
Conservadora. Pero lejos estaba de ser un país democrático.
El gobierno de Agustín P. Justo, para mantenerse en el poder sin
el apoyo necesario "se valió de tres instrumentos políticos:
el fraude, las intervenciones federales a las provincias y la violencia
política". (5)
La problemática situación política iba acompañada
por una grave crisis económica. Para salir de las dificultades
más urgentes el gobierno recurrió a empréstitos internos
y externos, aunque el verdadero reajuste de la economía nacional
fue la defensa de los grandes productores.
La crisis provocó que el comercio mundial
se cierre a las importaciones y Argentina apeló a los acuerdos
bilaterales para poder vender sus productos. Uno de estos acuerdos fue
el de 1933 firmado en Gran Bretaña. El tratado Roca-Runciman establecía
un régimen de exportaciones de carnes argentinas compensadas con
grandes ventajas, que se le concedieron al capital invertido en el país.
Dentro de estas ventajas se encontraba la concesión del monopolio
de los transportes de la ciudad de Buenos Aires.
Gradualmente el gobierno de Agustín P. Justo, comenzó a
manifestar sus intenciones. Previo a su presidencia la economía
había estado librada a iniciativas privadas, pero a partir de entonces
el estado asumió una actitud marcadamente intervencionista. Se
creó el Instituto Movilizador, para favorecer a los grandes productores
cuyas empresas estuvieran amenazadas; se estableció el control
de cambio para regular las importaciones y el uso de divisas extranjeras,
además se creó el Banco Central, agente financiero del gobierno
y regulador del Sistema Bancario. (6)
"En el campo de la producción el principio intervencionista
se manifestó a través de la creación de Juntas Reguladoras:
las carnes, los granos, la vid y otros productos fueron sometidos desde
ese momento a un control gubernamental que determinaba el volumen de la
producción con el objeto de mantener los precios". (7)
La Junta Reguladora de Vinos elaboró un plan de extirpación
de viñedos que ordenaba, por medio del Decreto Nº 69.290,
del 07 de Octubre del año 1935, la erradicación de los viñedos
en la zona de Entre Ríos. Luego se extendió un nuevo Decreto
en 1936 dando un plazo mayor para la concreción.
El período comprendido entre 1924 y 1932, coincide con la decadencia
de la vitivinicultura en esta región, motivada en gran parte por
las sobreproducciones en Mendoza y San Juan. Por otro lado la citricultura
estaba dejando mejores márgenes económicos y su cultivo
no demandaba tantos gastos como la vid. Progresivamente los agricultores
prefirieron el cultivo de citrus, abandonando el de la uva. (8)
A pesar de la creación de las Juntas Reguladoras de los diversos
productos nacionales y de la inclinación productiva hacia el cultivo
citrícola en Entre Ríos, hubo que esperar hasta 1967 para
que el gobierno autorice la creación de la Junta Reguladora de
Citrus provincial, concedida por la ley 4.639/60 de mencionada provincia
y por el Decreto nacional Nº 1.754.
La función primaria de la junta era promover el mejoramiento y
racionalización de la citricultura en todos los aspectos de la
producción, cosecha, empaque, transporte, comercio e industrialización
y promoverla como actividad mediante una Fiesta Nacional de la Citricultura
que debía realizarse anualmente. Pese a la labor la entidad fue
disuelta en 1983 sin razones elocuentes. (9)
El sector industrial argentino fue el más desarrollado alcanzando
un monto de 4.000 millones de pesos hacia 1941 marcando un record en la
industria nacional. El gobierno puso el acento en el fomento de la actividad
productora inclinada hacia el mercado interno. Fue así como se
elaboró un plan de protección y estímulo de la industria
local, cuya expresión más acabada fue el Plan de Reactivación
Industrial confeccionado por el Ministro de Hacienda Federico Pinedo.
(10)
La propuesta del ministro era normalizar en forma provisoria las regulaciones
con Estados Unidos, pero tuvo que esperar hasta 1941 para que esto se
concrete en la firma del Tratado Comercial Bilateral. Este no resolvía
el tema de las exportaciones, solo facilitaba el abastecimiento de los
mercados norteamericanos. El Plan presentaba claras intenciones de expandir
el ingreso, aumentar la producción nacional y fortalecer la balanza
de pago. Para que esto se realizara era necesario crear el mercado interno
y fortalecer las relaciones comerciales con el exterior. (11)
Al mismo tiempo la agricultura atravesaba una crítica
situación, como consecuencia de la caída de los precios
internacionales de los productos primarios. Esto impulsó que en
Argentina se produjera un movimiento migratorio interregional de las zonas
rurales y agrícolas hacia los centros industriales en busca de
trabajo y mejoras salariales. El traslado se orientó hacia el Gran
Buenos Aires principalmente.
Los cambios en la economía promovieron cambios en la composición
de las clases sociales, en la organización sindical y en el grado
de especialización de los nuevos trabajadores fabriles, a los que
se sumó la incorporación de la mujer al trabajo fabril.
La fuerza que adquiere el movimiento sindical en la Argentina en los últimos
dos años de la década del treinta, será una de las
razones que le otorgará un papel protagónico entre los años
1940 y 1945, radica precisamente en que a partir del año 1938,
prácticamente desaparecerá la desocupación. (12)
El resultado de las políticas implementadas por Pinedo, fue convertir
a la Argentina en el primer país de América Latina en salir
de la crisis.
A pesar de los intentos que presentaba el Plan, la economía argentina
continuó reflejando características del sistema agro-exportador.
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